El debate de la comida ecológica frente a la tradicional


El fenómeno de la alimentación ecológica y de la comida bio frente a la comida de toda la vida, es un debate que atañe a la sociedad en la actualidad. Muchos son sus detractores y muchos también sus fanáticos. Según lo comentado en un artículo publicado, en New Scientist (una revista internacional de divulgación científica) se asegura que la agricultura de los productos considerados “bio” es mucho menos eficiente. Por este motivo, lo que no se reducen son las emisiones de CO2 y que, además, se dice que sus productos no son necesariamente más saludables. Este tipo de agricultura, es más, requiere la utilización de más tierras, debido a su bajo rendimiento respecto a la convencional, lo que implica la degradación de ecosistemas como las selvas en las zonas tropicales.

En el lado de los detractores encontramos también a científicos como el bioquímico y divulgador José Miguel Mulet, autor de Los productos naturales, vaya timo y Comer sin miedo, que asegura que: “el etiquetado ecológico solo dice que lo que se ha utilizado es natural, pero no que sea mejor ni peor. Tampoco informa si se ha aplicado alguna de las numerosas excepciones que prevé el reglamento. Solo hace referencia a que se ha producido de acuerdo con la normativa, pero nada sobre el impacto ecológico como la huella de carbono [CO2 que se emite en todas las fases de elaboración de un producto]”, apunta.

Ilustración 1 Comida de toda la vida frente a la comida bio (Fuente: EL PAÍS)
En el lado de los fanáticos de la comida ecológica o bio, vemos a ONG como Oxfam, que dicen que este tipo de alimentos, tienen mayores valores nutricionales. Se basan en algunos expertos en nutrición y agricultura que aseguran que los alimentos ecológicos tienen mayor valor nutritivo que aquellos alimentos producidos con químicos o aditivos. Además, dicen que este tipo de sustancias reducen de forma notable las cualidades naturales de los productos y disminuyen su calidad. Por otra parte, los alimentos ecológicos no suponen ningún riesgo para nuestra salud. Sumado a ello se añade que como requieren más mano de obra, el proceso de elaboración de un alimento ecológico es mucho más lento que el de uno tradicional.
Para hacernos una idea contextual, nuestro país, España, ya está entre los diez países que consumen más productos ecológicos. Hace años que es el primer productor de productos ecológicos de Europa y el sexto del mundo. El debate está más vivo que nunca. A pesar de esto, en España sólo el 42% de los hogares compra productos ecológicos, situándose la media europea en el 80%. Como ya se había comentado anteriormente, el mercado español de productos ecológicos es el décimo más grande del mundo y alcanza ya los 1.686 millones de euros. Cada español gasta una media de 36 euros al año en productos 'bio', que, aunque parezca poco, a niveles comparativos con otros países del mundo es mucho. Hay que añadir que, en España, el producto ecológico que más se consume son los huevos ecológicos que va en consonancia con el resto del mercado europeo.

También hay que comentar que el debate ha llegado hasta los supermercados, en los cuales, en muchas ocasiones encontramos la sección de productos bio o eco.  En España, para hacer la compra los españoles 'eco' confían en comercios especializados en un 37,1%, según el estudio “Mitos y realidades de los productos ecológicos” realizado por Kantar Worldpanel y la Fundación Catalunya La Pedrera. Teniendo en cuenta esto, aún así, el avance en los supermercados es imparable, ya sea por seguir una alimentación más saludable o por conciencia ecológica o por seguir las dietas de los famosos la nueva tendencia alimentaria ha obligado a las grandes cadenas de supermercados a adaptarse a un fenómeno, que hoy en día, es desconocido para muchísima gente.


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